Diseña con, no para. Involucra a más personas en el proceso. Estos son principios fundamentales para vivir, trabajar y diseñar.
Autor: Mer Joyce | Mer@dobiggood.com | 16/12/2021

Si queremos crear un mundo en el que todos puedan prosperar, es importante que participemos correctamente. Tenemos un largo camino por recorrer. Para ello, debemos resolver el desafío de incorporar nuevas personas al proceso de toma de decisiones.

❝Si queremos crear un mundo en el que todos puedan prosperar, es importante que participemos correctamente”.

Este es el tipo de participación en el que nos enfocamos en ImpactaLatam, un método de colaboración creativo llamado co-diseño.

Sin embargo, ¡el co-diseño puede ser difícil! A continuación, se muestran lecciones sobre cómo superar los desafíos de diseño conjunto que aprendimos mientras trabajábamos con nuestros socios regionales.

Co-diseño regional en América Latina

Durante la pandemia, iniciamos un proyecto en América Latina financiado por la Fundación Nacional para la Democracia (NED). Nuestro objetivo era co-diseñar un conjunto de toolkit de medición de impacto para que las organizaciones sociales pudieran evaluar la eficacia de sus programas de democracia, derechos humanos y gobernanza.

Debido a la imposibilidad de reunirse en persona, todo el proceso de co-diseño se realizó en línea. En el transcurso de ocho meses, quince organizaciones sin fines de lucro de Guatemala a Chile y de Uruguay a Venezuela colaboraron a través de Zoom, WhatsApp y Google Docs y Slides.

El proceso de co-diseño comenzó con entrevistas y una encuesta, seguido de un taller virtual de co-diseño en el que, colectivamente, priorizamos los elementos que se requerían en el toolkit. A raíz de estas solicitudes, creamos prototipos abiertos de herramientas para que lxs participantes dieran feedback.

Cuando llegó el momento de pilotear el toolkit para alguno de sus programas, lxs participantes recibieron llamadas de acompañamiento quincenal para apoyarlxs en su trabajo de planificación de la evaluación y recopilar constantemente sus impresiones sobre qué tan bien (o mal) estaba funcionando el toolkit. Durante estos meses, el proyecto ganó un nombre y una identidad: ImpactaLatam.

¿Demasiada participación? ¡¿Cómo puede ser?!

Durante la pandemia, me había metido en una borrachera de co-diseño. Leí Designs for the PluriverseThe Equity-Centered Community Design Field GuideDesign JusticeThe Case for Everyday Democracy y una publicación excelente sobre la fusión del diseño con el trabajo de equidad racial, entre otros. Sentí que nuestro proceso participativo se había vuelto más rico, más matizado y mejor informado.

Luego de esto, tuvimos una reunión para evaluar cómo iba el proyecto. Mientras nuestros socios locales del equipo de liderazgo llenaban post-its virtuales en una diapositiva de Google, me llamó la atención un mensaje: “Demasiada co-creación” . ¿Demasiado? ¡¿Cómo es posible?!

Cuando algo no funciona, aprendemos de los propios participantes. La asesora de co-diseño de Do Big Good, Kathryn, y yo les preguntamos a nuestros socios cómo se había vuelto “demasiada” la participación y estuvieron felices de explicarlo. Esto es lo que aprendimos.

1. Adapte el co-diseño a la vida de las personas, no al revés.

Nuestra opción predeterminada al entrar en el proyecto había sido pedir a nuestros socios sus comentarios, siempre que fuera posible. Ellos conocían mejor su propia experiencia que nosotras. Ellos eran lxs expertxs. Así que, por supuesto, quería que compartieran todo lo que necesitaban y querían y con la mayor frecuencia posible. Pero esto fue idílico, ellxs también tienen vidas y responsabilidades fuera de nuestro proyecto.

Julio, director ejecutivo de Red Ciudadana y donatario principal del proyecto, también señaló que no todas las actividades participativas eran igualmente necesarias. Los métodos participativos para diseñar el toolkit fueron valiosos. Pero sintió que, otras cosas como, por ejemplo, la votación para elegir el logotipo del proyecto, exigían más tiempo del valor que proporcionaban.

Julio lo expresó de forma muy concisa: “Imagina que solo tienes una hora a la semana de un participante de co-diseño”, dijo Julio. “¿Qué harías con eso?”

Esto no significaba que debimos haberlos excluido de la decisión sobre el logotipo. Como señaló Kathryn, fue una buena oportunidad para mostrar a los participantes que eran parte de la organización. Pero podría haberse hecho entendiendo que tienen otras prioridades en sus vidas. Podríamos haberlo propuesto como una opción (“¿Te gustaría ayudarnos a elegir el logotipo del proyecto?”) en lugar de una solicitud (“Por favor, vota por tu preferencia de logotipo antes del jueves”). Esto habría aumentado la autonomía y la diversión, cualidad intrínseca a un proceso creativo.

2. Solicita únicamente la cantidad de datos y retroalimentación que puedas analizar y utilizar.

En ImpactaLatam pedimos frecuentemente retroalimentación. De hecho, creamos la primera versión del toolkit en un documento de Google y luego les pedimos a los socios que dejaran comentarios. ¡Y lo hicieron, dejando alrededor de 100 comentarios! ¡Más información! ¡Más información! ¡Estupendo!

Beatriz y Fiorella, project manager y coordinadora de socios del proyecto, se encargaron de integrar esta retroalimentación. Sin embargo, la encontraron un poco abrumadora. “¿Qué hubiera pasado si les pedíamos a los socios que leyeran todo el documento y luego aportaran sólo tres comentarios?” Julio sugirió.

Decidir cuánta información recopilar en un proyecto de co-diseño es un tema popular en la investigación cualitativa, confirmó Kathryn: “Es una inclinación tan humana querer capturar todo, pensando que tendrás tiempo para revisarlo todo”.

“Quizás esta sea otra forma en la que damos poder a los co-diseñadores”, continuó. “Si les pedimos menos, entonces tendrán más control de lo que se ve. Si los socios sólo pudieran decirnos tres cosas, probablemente estarían compartiendo lo que más importa “.

3. Diseñe el proceso con lxs participantes.

Con esta lección podría parecer que estoy retrocediendo en mi hipótesis. ¿No significaría más trabajo para ellxs diseñar el proceso con lxs participantes? No exactamente. Si co-diseñas el proceso, estás también diseñando cómo será su participación en el futuro.

Ya habíamos diseñado el proceso con representantes de tres organizaciones de la sociedad civil latinoamericanas: Julio, Beatriz y Fiorella trabajan en este mundo. Entre todos desarrollamos la propuesta de proyecto, ellos constituían la mayor parte del equipo del proyecto y ocupaban los puestos de liderazgo más importantes.

Pero Fiorella, que trabaja en Asuntos del Sur, sugirió que podríamos haber ido más allá. Podríamos haber encontrado una manera eficiente y por un tiempo limitado para diseñar el proceso con nuestros socios.

❝Dado su interés, dado el presupuesto disponible y dadas las otras demandas de su tiempo, ¿cuándo y cómo querrían participar?”.

Esto, dijo, no solo nos habría impedido pedir demasiado de su tiempo. También les habría dado una visión de todo el proceso y les habría hecho sentir más comprometidos con él.

4. Comprender que el co-diseño requiere nuevas habilidades.

Por otra parte, Kathryn señaló, “recuerda que permitir que las personas participen no es lo mismo que empoderarlas para que lo hagan”. Diseñar con, no para, es nuevo para los participantes como lo es para las organizaciones que lo implementan. Requiere nuevas habilidades, nuevos músculos.

Kathryn ofreció una analogía con el baloncesto: “Es posible que te inviten a jugar baloncesto”, dice, “pero si nunca has jugado, no conoces las reglas y nunca has visto un juego, es bastante difícil participar”.

“Podría ser que empoderar a las personas para que sean parte del proceso signifique incorporarlas lentamente”, sugirió. Existe una teoría del aprendizaje llamada comunidades de práctica en la que las personas aprenden teniendo una posición periférica a una actividad al principio y luego, gradualmente, se vuelven más centrales. “De acuerdo con esto”, dijo, “podrías tener más poder para jugar si primero ves jugar a lxs demás”.

5. Aclara la mecánica del co-diseño desde el principio.

Otra opción es hacer explícita la mecánica del co-diseño desde el inicio del proyecto, enseñando desde el primer momento las nuevas “reglas” del juego. Estos son ciertos mensajes que sirven como ejemplo:

  1. “Estamos aquí para apoyar el proceso pero ustedes son lxs expertxs”. Para esto, les ayudaremos a buscar la forma de recopilar información de otros participantes, en lugar de darles inmediatamente la respuesta “correcta”.
  2. Nuestro trabajo en conjunto es recopilar y sintetizar la sabiduría del grupo. A veces, recopilamos datos mediante el diseño de una encuesta, la realización de una entrevista o la facilitación de un taller. Sin embargo, los resultados suelen ser mejores cuando los propios participantes desempeñan estos roles de investigación y facilitación. Por ende, nuestro rol es apoyarlos y asesorarlos en estas nuevas tareas.
  3. Dado que estamos creando contigo, no para ti, habrá más trabajo de tu lado. El objetivo es lograr el producto que necesitas. Por ello, no recogeremos los datos; nos marcharemos y luego regresaremos con un producto perfecto ya terminado. Necesitaremos tu contribución y disponibilidad continua para usar y probar lo que se crea.
  4. Tú decides cómo y cuánto participas. Al mismo tiempo, entendemos que tienes otros trabajos y prioridades. Haznos saber cuándo, cómo y cuánto tiempo tienes para participar.
  5. El proceso en sí también está abierto a la adaptación. El co-diseño tiene las mejores prácticas pero no son reglas. Si algo no funciona, el proceso en sí puede cambiar. Háznoslo saber.

Como aprendimos con ImpactaLatam, la participación en sí está co-diseñada por quienes facilitan el proceso y quienes participan en él.

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Mer Joyce es la fundadora de Do Big Good (EN), un socio de soporte técnico de ImpactaLatam (ES). Puedes contactarla en español o inglés en Mer@dobiggood.com.

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